miércoles, 15 de julio de 2009

Temblor de versos


Hay momentos en la vida

que nos despeñan brutalmente por súbitos precipicios de rocas

que nos observan como puñales despiadados.

Nos precipitamos violentamente,

dando agónicas vueltas de campana,

lentas,

como hojas rotas que caen.

y en el tránsito hacia abajo,

toda nuestra vida discurre suavemente,

como una caricia sangrante en la piel.

Intento amarrarla, fuertemente, contra mi cuerpo,

pero se escurre, dulcemente, entre mis brazos,

rozando mi rostro

y secando las lágrimas que resbalan horrorizadas.

Y en mi delirio,

pretendo no creer que este desfallecimiento, sin retorno,

es como el vuelo de un sueño, sin soñar.

Y son los golpes, contra los vértices heridos de la vida,

los que me hacen retorcerme de dolor

y ser plenamente consciente

de que la caída, en si,

es tan dolorosa como su golpe.

Hoy mis dedos trémulos,

rasgan el aire,

retorcidos como alambres asesinos.

Buscando otro tiempo donde escapar

o algún camino de vuelta,

o un par de alas perdidas,

o una isla desierta.

Hoy mi corazón

parece agotado de latir tan deprisa

y tan ausente.

E impulsa sangre, con cenizas y ecos,

a cada espacio hueco de mi cuerpo.

Hoy te busco

a ti,

para encontrarme

a mí.

Hallar a aquella mujer infinitamente feliz,

que asomaba brillando en el fondo de tus ojos.

…cuando yo era.

Y frente al espejo,

intento que sea en mis pupilas,

áridas y agotadas,

donde me descubra.

Y solo encuentro

el temblor de lágrimas secas.

Me busco en las palmas de mis manos

que yacen dormidas.

Y solo encuentro

el temblor de versos,

que se emborronan a escondidas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces la realidad es tan dura que llega a ser estremecedora.Que decirte "Artista" cuando consigues que sienta que me falta el aire y se rompe mi piel con tan solo unas letras.De eso se trata, no?
MANEJAS PERFECTAMENTE ESTE ARTE!!!!!
Ruben